lunes, 12 de abril de 2010

Amores que matan.

Hoy os vamos a dar una de amor con los premios Darwin.

El suceso ocurrió en Inglaterra en el 2002.
Al parecer, una parejita que salía un tanto achispada de un bar, mientras se dirigían a casa se encontraron con que una calle tenía poca luz o nula a causa de farolas que se encontraban fundidas.
Eso les debió de dar cierto morbo y se dedicaron a realizar la reproducción de los mamíferos en mitad de la carretera, en lugar de hacerlo en la acera como buenos transeúntes.

Al principio tuvieron suerte, los coches llegaron a esquivarlos, pero un autobús no pudo llegar a hacerlo llevándoselos por delante. Así que los dejó a una con las faldas levantadas y al otro con los pantalones bajados tal y como Dios los trajo al mundo y tratando de hacer perdurar al homo stupidus.

Esto va siendo todo por hoy. Y recordad:
Podríamos hacerlo mejor, pero no nos da la gana

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