martes, 3 de marzo de 2009

A mi la muerte como que...

Hoy vamos con una más de los premios Darwin. Esta es especialmente destacable, y si bien en ocasiones se ha comentado las nombredas, dudamos micho que esta se pueda comentar y mejorar:

(21 de mayo del 2004, Texas)
Michael era un alcohólico. Pero no un alcohólico ordinario, sino uno al que le gustaba su licor eh… vía rectal. Su esposa decía que era adicto a los enemas y frecuentemente consumía el alcoholo de esta manera.
El resultado era siempre el mismo: Se embriagaba.
El sujeto en cuestión no podía beber el alcohol de la forma habitual debido a problemas gástricos, y a dolor en la garganta, así que decidió recibir su bebida favorita vía enema. Y esa noche, Michael tenía planeada una gran fiesta: Dos botellas (1.5 litros) de jerez, directo a la retaguardia.
Cuando la mayor parte de nosotros tenemos suficiente, solemos parar o, simplemente, perdemos el conocimiento. Pero cuando Michael tuvo suficiente (y por supuesto perdió el conocimiento), el alcohol siguió absorbiéndose en su cavidad rectal. A la mañana siguiente, Michel estaba muerto.
El hombre de 58 años hizo un buen trabajo embalsamándose a sí mismo. De acuerdo a los reportes toxicológicos,
su nivel de alcohol era de 0.47%.

Sin duda alguna este señor era todo un viciosillo, que ni Pocholo eh. Solo una pregunta: ¿Por qué no por la nariz?¿Y si quisiera beber coca-cola?

Esto va siendo todo por hoy. Y recordad:
Podríamos hacerlo mejor, pero no nos da la gana.

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